Viernes 13 de febrero de 2009
Vecinos del Barrio de la Carne concretaron un cacerolazo
Contrapunto por construcción de nuevo complejo en Wilde

La construcción de un complejo habitacional en el Barrio de la Carne, en Wilde, en el marco del Plan Federal de Viviendas, ha generado un fuerte contrapunto entre los vecinos de la zona y el gobierno de Avellaneda.
Asambleas barriales, reuniones con funcionarios, cacerolazos y envíos de carta documento al gobernador Daniel Scioli y al intendente Baldomero Alvarez de Olivera ya forman parte de esta historia que se inició a comienzos de este mes, cuando máquinas viales comenzaron con los trabajos de nivelación de suelos en el predio delimitado por las calles Campichuelo, Corvalán, Caxaraville y Cotagaita.
El temor de los pobladores de la zona es que en el complejo se termine “hacinando” gente, teniendo en cuenta que allí se construirían unas 220 viviendas, que los servicios colapsen y que el barrio ahora de casas bajas cambie de fisonomía.
En ese marco, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados presentará un pedido de audiencia al titular del Ejecutivo avellanedense para poder acercarle su propuesta.
En un comunicado, la Secretaría de Obras y Servicios Públicos informó que “dicho complejo consiste en la construcción de 220 viviendas en el terreno mencionado, y que además, no estará destinado a 1400 familias provenientes de los barrios de Villa Tranquila y Villa Inflamable”.
El mismo, señala que “el plan prevé que la mitad de las viviendas sean destinadas a familias del mencionado barrio que se encuentren en estado de emergencia habitacional”.
“El resto de las viviendas, están destinadas a familias de distintos puntos del partido que se encuentren en un estado de vulnerabilidad social similar al de los vecinos de dicho barrio y que necesiten ser trasladados a una nueva vivienda”, agrega el comunicado, sin hacer mención de dónde provendrían.
Por último, Alvarez de Olivera destacó que, a través del Programa Federal de Mejoramiento de Viviendas “Mejor Vivir”, se financiará un plan de mejoras en las viviendas ya existentes, para favorecer así la calidad de vida en el barrio, lo que cayó muy bien entre los habitantes.
En tanto, desde la asamblea vecinal se propone que se paralicen las obras hasta tanto se logre consensuar el proyecto definitivo, que exigiría que los monoblocks sólo cuenten con planta baja y un primer piso como máximo.
Además, reclaman que las estructuras estén separadas por calles normales en lugar de callejuelas internas que permitan el paso del camión recolector de la basura por ejemplo; construir una escuela y una unidad sanitaria dentro de este nuevo barrio para atender las necesidades de sus habitantes.
También tienen intención de que si existe gente preadjudicada se la convoque para conformar una comisión conjunta que “vele por las características del emprendimiento” ya que según comentaron los vecinos los edificios iban a tener techos de tejas y se entregaría con piso de cemento y con baños y cocina, pero que ahora se están mejoran estos aspectos.